Advertencia: Puede contener información que pueda afectar al espectador en el momento de ver la película.
En la reciente obra, Alejandro G. Iñárritu se aleja de aquella urbe retratada de forma psicótica en “Birdman” (2014) para arrojarnos en la naturaleza y mostrarnos su brutalidad con una genialidad digna de un director de su talla.
El Renacido nos sitúa en 1823 y nos acerca a la historia de Hugh Glass (Leonardo Di Caprio), un cazador de pieles que lidera a un grupo de hombres que se dedican a la venta de los mismos. Después de ser reducidos a menos de veinte hombres por hombres nativos de la zona, Fitzgerald (Tom Hardy), quien será el principal antagonista del film, empieza a poner en duda la capacidad de liderazgo de Hugh Glass. Fitzgerald saca a flote el rumor de que Hugh Glass habría asesinado a un coronel del bando alíado, lanzando leña al fuego y creando discordia en el pequeño grupo que había quedado tras el ataque de los indios pawnees.
El punto de inflexión se produce cuando Hugh Glass se encuentra deambulando por el bosque cuando se encuentra con una osa y esta le ataca de forma violenta brindándonos una de las escenas más brutales de los últimos tiempos del cine hollywoodense. (Cabe destacar que la animación del oso es increíblemente realista). Cuando el grupo encuentra a Hugh Glass, deciden abandonarlo a su suerte. Este emprende un viaje de supervivencia y venganza que será el motor principal del personaje durante la película.
Los movimientos de cámaras son efectivos para cada determinada escena. Iñárritu sabe lo que quiere, o por lo menos lo intuye, y deja de lado el efectismo para mostrarnos lo que está más allá de la imagen.. «lo invisible» si se quiere llamarlo. Quizá lo único que podríamos reclamar son la duración de ciertas tomas, que quizá por capricho no quisieron ser desechadas en el montaje.
Ya no vemos los diálogos plagados de críticas a la industria del arte contemporáneo y con personajes con conflictos internos como en “Birdman”, sino volvemos a un tema clásico como es el de “Hombre vs Naturaleza”. Aquí compete destacar la labor de Emmanuel Lubezki, quien consigue captar con luz natural y tono frío a la naturaleza brutalmente bella, la cual se convertirá a lo largo del filme en un personaje más. Además, la película está plagada de simbolismos. Así como mencionaba Alejandro G. Iñárritu; «Los seres humanos morimos y renacemos una y otra vez en la vida, cuando termina una relación, un trabajo, una etapa, morimos solamente para renacer.» En la película veremos renacer al personaje una y otra vez, incluso de manera simbólica, por ejemplo, en un momento de la película Hugh Glass abre el estómago de un caballo para resguardarse del frío, y renace cuando el frío cesa.
Otro simbolismo que vemos son los árboles: «El viento no puede vencer a un árbol con fuertes raíces. Cuando hay una tormenta, y estás parado frente a un árbol, si ves a las ramas, jurarías que se van a caer.. Pero si ves el tronco, notarás su estabilidad». Veremos como en un momento de la película Hugh Glass en sus sueños se reencuentra y abraza a su hijo mestizo Hawk, para luego este se desvanecerse y se convierte un tronco, re afirmándonos que su tronco es su familia.
¿Cine Político?
Durante la proyección del filme no pude evitar recordar a autores como Karl Marx y a Eduardo Galeano por sus obras “El Capital” y “Las venas abiertas de Ámerica Latina” respectivamente. Fueron autores que en su momento hicieron una fuerte crítica al capitalismo salvaje, despiadado y colonizador.
El capitalismo salvaje, despiadado y colonizador del cual estamos hablando se personifica en el personaje de Fitzgerald, personaje que justifica sus acciones egoístas en una falsa moral religiosa y racionalista con total falta de empatía y sólo se mueve por dinero. En contra parte tenemos a Hugh Glass, quien habría críado un hijo mestizo suyo fruto de una relación con una nativa americana. Esta relación y el amor definitivamente cambia al personaje principal y pasa de ser un mercenario a un defensor de la libertad de los colonizados, aunque en praxis le sea imposible vivir de esa manera por el contexto en el cual se sitúa el personaje.
“El capitalismo viene al mundo chorreando lodo y sangre” una frase célebre de Karl Marx que se hizo famosa extraída de un capítulo de su libro político y económico “El Capital”.
Conclusión
Leonardo Di Caprio y Tom Hardy nos regalan sin duda una de las mejores interpretaciones del 2015 sin duda, y por más que vea a los Oscars como una simple gala de reconocimiento, sin duda el nombre de Leonardo Di Caprio es un nombre que perdurará en futuras generaciones con Oscar o sin Oscar.
Los mexicanos Alejandro G. Iñárritu y Emmanuel Lubezki sin duda ya dejaron con estas últimas producciones (Birdman y El Renacido) una huella grande en Hollywood y el cine internacional. Películas tan distintas, pero encontramos la similitud cuando desciframos los aspectos técnicos y creativos que sólo pueden venir de la cabeza de estos genios del cine.
No creo que uno salga renacido al salir de la película, pero si uno se pone a analizar los subtextos de la película, uno se interesará por comprender lo que Iñárritu trata de mostrarnos..
¿Quiénes son realmente los salvajes?